A la hora de hablar de Cultura Preventiva nos encontramos ante un concepto bastante difuso para su comprensión exacta. Pero si tomamos como punto de partida la definición hecha por el Instituto Asturiano de Prevención Riesgos Laborales la situación se aclara. Define tres dimensiones de la cultura preventiva:
El compromiso de la empresa por impulsar estrategias y dinámicas positivas para la mejora de la seguridad y la salud.
La dinamización, que es la forma práctica en que se traduce el compromiso, mediante la movilización de recursos y la implementación de actividades para implicar a toda la organización.
El aprendizaje, que es el esfuerzo continuado que realiza una organización para sostener y mejorar la gestión de la prevención.
Entonces si presentamos los niveles de la Cultura Preventiva en forma de una escalera veremos los siguientes tipos: patológica, reactiva, calculadora, proactiva y generativa. Al pasar por cada uno de los niveles, las organizaciones se vuelven más maduras en su planificación de seguridad laboral.
Los peldaños inferiores corresponden a una cultura escapista. Son las empresas que no se preocupan por la seguridad: los indicadores negativos se ignoran, las responsabilidades de eluden, las nuevas ideas se desestiman.
En el tramo intermedio predominan los aspectos formales y la cultura preventiva es aún superficial. Suelen ser las organizaciones que reaccionan sólo cuando ocurre algo y recopilando toda la información para gestionar los riesgos laborales: los indicadores se toleran, las responsabilidades de compartimentan, las nuevas ideas crean desajustes.
La cultura más positiva es la de las organizaciones que ocupan los peldaños más altos. Quienes ocupan este peldaño mejoran continuamente para prevenir los accidentes antes de que ocurran, estableciendo la seguridad como una forma de trabajar: se buscan activamente los indicadores negativos como oportunidad para aprender, se comparten las responsabilidades, las nuevas ideas siempre son bienvenidas.
Es decir la cultura preventiva debe de ser una prioridad empresarial y el centro de la estrategia del desarrollo sostenible. Ponerla en marcha contribuye a aportar innumerables beneficios, más allá del ámbito de la prevención de riesgos laborales y de meros indicadores de accidentalidad. Y no se te olvida que la creación de una auténtica cultura de la seguridad requiere no sólo una mayor presión institucional, sino un cambio de mentalidad.
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Fuente: https://prevencionar.com/2020/09/20/escalera-de-la-cultura-preventiva/
